Protocolo de actuación
Al contratar nuestro servicio de logopedia a domicilio nuestras logopedas le harán una valoración en la primera visita para diseñar al paciente un tratamiento a su medida.
En la disfagia orofaríngea, es decir, los trastornos de la deglución en la zona de la faringe, las molestias aparecen al comienzo de la deglución. Los afectados se atragantan con trozos de alimentos, pudiendo incluso aspirarlos hacia la tráquea. Esto provoca ataques de tos. Las disfagias esofágicas aparecen cuando la alimentación sólida y líquida no puede avanzar correctamente por el esófago. El bolo alimenticio vuelve a ascender. Esto puede provocar vómitos.
Una disfagia (dificultad en la deglución) puede estar acompañada de otros síntomas como dolor o una sensación de presión o estrechez al tragar. Además, en caso de disfagia, puede aparecer ardor de estómago. En ambas formas de los trastornos de la deglución, es decir, en la disfagia orofaríngea y en la esofágica, a menudo, los alimentos regresan del esófago a la faringe y la boca (regurgitación), con el consiguiente peligro de aspirar trozos de alimentos.
Una disfagia (dificultad en la deglución) puede estar provocada por varias causas.
Los trastornos de la deglución se originan cuando los órganos implicados en la deglución no funcionan correctamente. Los motivos pueden ser:
Otras posibles causas de disfagia (dificultad en la deglución) pueden ser las siguientes:
Una disfagia puede estar asociada con causas psíquicas como, por ejemplo, una aerofagia o el cuadro denominado clásicamente “globo histérico”, en el que los afectados tienen la sensación de tener un “nudo en la garganta”.
Es importante hacer un buen diagnóstico de una disfagia.
Aunque sea una forma leve de disfagia (dificultad en la deglución), el médico deberá investigar la causa, ya que se trata de un síntoma alarmante. En el diagnóstico tienen prioridad preguntas sobre enfermedades existentes o enfermedades anteriores que pudieran producir trastornos de la deglución.
El médico se interesará por las molestias, por la consistencia de la alimentación de consumo habitual, por el inicio de los síntomas y si estos han cambiado con el tiempo y si hay riesgo por posibles enfermedades existentes. Es también importante la descripción exacta de la disfagia junto con todos sus síntomas secundarios. Tras las preguntas seguirá una exploración general, incluido un examen exhaustivo de la zona de la boca y la faringe. El médico observará, además, el proceso de masticación y deglutorio minuciosamente.
Dependiendo de las supuestas causas y de la localización de la disfagia (orofaríngea o esofágica), se podrán realizar pruebas complementarias para realizar un diagnóstico correcto. Entre ellas se encuentran un esofagograma baritado o incluso un análisis videorradiológico de la deglución, una visualización del esófago (esofagoscopia) o una tomografía computarizada (TC) del tórax.
El objetivo fundamental en una disfagia es evitar complicaciones. Estas complicaciones pueden ser agudas o a largo plazo. Dentro de las complicaciones agudas se puede producir una aspiración de trozos de alimentos que puede causar una neumonía (neumonía por aspiración) y dentro de las complicaciones a largo plazo el paciente puede sufrir deshidratación y desnutrición si la disfagia se prolonga en el tiempo.
Si la disfagia está causada por infecciones bacterianas en la zona de la boca y la faringe, el tratamiento con antibióticos es el más adecuado. Este tratamiento de la disfagia ayuda a que el proceso de deglución se normalice tras un corto periodo de tiempo. En caso de una disfagia causada por infecciones por hongos (por ejemplo, aftas), el tratamiento de elección es con antimicóticos.
Si la disfagia es permanente, por ejemplo, por causas neurológicas o neurodegenerativas, sencillas medidas que mejoran la deglución pueden ayudar a mitigar las molestias. Dichas medidas buscan restablecer reflejos importantes como el de la deglución y el reflejo tusígeno. Los métodos en este tratamiento van desde ejercicios motores de determinados músculos, pasando por cambios en la postura al comer, hasta la realización de purés para la comida.
Dependiendo de la enfermedad de fondo existente, por ejemplo, cáncer de esófago, puede ser también necesaria una intervención quirúrgica para mitigar la dificultad en la deglución.
Si la disfagia imposibilita la alimentación por la boca, los afectados deberán alimentarse con ayuda de una sonda gástrica.
Tratamiento logopedia disfagia y sialorrea en niños
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